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¿Qué dice la ciencia sobre los efectos del grounding?

Revisión científica de las bases físicas, biológicas y académicas del Grounding o Earthing

El Grounding o Earthing se nos presenta como una nueva herramienta para mejorar nuestra salud. La idea en que se apoya dice que estar en contacto con la tierra genera una serie de respuestas beneficiosas en el organismo a través de permitir la transferencia de corriente y electrones con la corteza terrestre.

Antes de empezar, decir que estoy sesgado a favor del earthing.

Estar con los pies en el suelo me parece que tiene un gran sentido evolutivo, y que por tanto es posible que tenga beneficios o, mejor dicho, que no hacerlo tenga sus perjuicios. Más de una vez he caminado descalzo por el monte, imaginando a los electrones entrando en mi cuerpo para mantenerme joven de por vida.

La verdad es que la teoría de una corriente eléctrica que nos une al planeta me pone cachondo, es algo que me gustaría creer para mostrar hasta qué punto la salud del planeta y de quienes lo habitan son inseparables.

Pero si actuamos solamente en base a nuestros sesgos estamos matando el método científico, así que tenemos que aplicarlo para ver primero si esto tiene algún sentido paso a paso.

¿Qué hay de verdad en las bases físicas del grounding?

Los defensores del grounding afirman que en nuestro estado natural estábamos más conectados a la Tierra, caminando descalzos. Esto permitía un flujo de electrones que crea un equilibrio eléctrico saludable. Sin embargo, ahora vivimos en edificios y usamos zapatos con suelas de goma, lo que nos aísla eléctricamente de la Tierra.

Esto es falso. Para empezar, la corteza terrestre no tiene una carga eléctrica negativa, sino neutra -a no ser que acaben de caer algunos rayos en el sitio-. Y neutra también es la carga eléctrica de una persona, a no ser que se cargue eléctricamente a alto potencial, por ejemplo con un generador de Van der Graaf.

Además, y pese a usar zapatos, no estamos aislados del mundo, sino que compartimos electrones con todo lo que tocamos (incluso los zapatos). Si te cargas positivamente en algún momento, el cuerpo pronto encuentra la forma de equilibrar esa corriente con un “chispazo” al tocar otra cosa, por ejemplo.

Por tanto, no es necesario el contacto continuo con el suelo para compensar la carga eléctrica Se pone como ejemplo que algunos dispositivos electrónicos tienen un cable de “toma a tierra” para ceder electrones a la corteza, pero estos cables solo están como prevención de sobrecargas, como las causadas por rayos.

Desde el punto de vista de la física, el grounding es una auténtica estupidez erróneo.

Pero, ¿qué hay de la parte biológica? ¿Tiene sentido?

La proclama de sus defensores es que los electrones que recargamos de la tierra se mueven por todo el organismo, entrando a los núcleos celulares y reduciendo el estrés oxidativo que se produce en la producción de energía.

Vaya puñalada al libro de fisiología. Malas noticias de nuevo.

En las células, las cargas eléctricas se mueven a través de iones, no de electrones. No existe una vía conductora desde el exterior de las células hacia el interior, y la mayoría de las células mantienen un potencial de membrana de aproximadamente entre -50 mV y -60mV con respecto al exterior.

La membrana celular es selectivamente permeable y permite la entrada y salida de ciertos iones, lo que crea un potencial de membrana (una diferencia de voltaje a través de la membrana). Este movimiento de iones puede generar corrientes eléctricas a través de la membrana celular, pero esto es diferente a un flujo de electrones.

Además, incluso si pudiésemos obligar a los electrones a traspasar la membrana celular, esto probablemente no sería una buena idea. El estrés oxidativo no es intrínsecamente malo y, de hecho, es una parte necesaria de diversas reacciones metabólicas.

Los radicales libres participan en varias funciones celulares importantes, incluyendo la señalización celular y la respuesta inmunitaria. También pueden tener un papel en la destrucción de patógenos y células dañadas o enfermas.

 

¿Y qué hay respecto a los estudios que muestran su eficacia?

La mayoría de artículos es una vergüenza que se hayan atrevido a publicarlos en revistas son de una calidad baja, siendo generosos. No se usan estudios a doble ciego bien realizados, no se aíslan otras variables y se utilizan tamaños de muestra pequeños.

La mayoría de artículos están escritos en revistas de terapias alternativas, revistas depredadoras y otras revistas de muy bajo impacto, lo que genera la ilusión de que la literatura científica sobre el tema es abundante cuando en realidad la calidad científica es mínima, y se centran en el efecto en variables susceptibles de efecto placebo como el bienestar o el dolor.

Los principales autores son Oschman, Chevalier y Brown, autores o citados en casi todos los artículos, que da la causalidad de que son dueños de una compañía de productos de earthing (parches, sábanas, etc… con toma a tierra) llamada EarthFx Inc.

La mayoría de artículos son aberrantes y extraña que se hayan publicado incluso en revistas de terapias alternativas . Por ejemplo este muestra un caso de una persona que se recupera de unas heridas usando unos parches de earthing, sin ningún tipo de grupo control con el que comparar. Como si las heridas de la gente normal no cicatrizasen…

Otros como este dicen que son a doble ciego pero en realidad al leer el diseño del estudio nos damos cuenta de que no lo es. Todos los sujetos reciben el mismo patrón de tratamiento sin variación, y ni siquiera los alternan para discriminar si el efecto observado podría ser debido a la hora del día. Además, hay un montón de datos no significativos que los autores ignoran para generar una conclusión a través de los datos que sí lo hacen.

El artículo sobre grounding más destacado en Google scholar basa sus fundamentos en un gráfico que relaciona el uso de zapatos con la incidencia de la diabetes; de lo que creo que sobran los comentarios.

Aun y con todo, el earthing funciona.

¡¡Claro que funciona!! Pasar más tiempo en el medio natural se ha demostrado que:

  • Disminuye el estrés y aumenta el bienestar emocional.
  • Reduce trastornos de salud mental
  • Estar en zonas verdes se asocia a un estilo de vida más activo
  • Reduce el dolor
  • Reduce enfermedades respiratorias como alergias y asma
  • Regula los ciclos circadianos
  • Pasar más tiempo en el medio natural va a mejorar tu salud ya sea descalza o con tacones. Además, caminar descalzo tiene muchos beneficios, como por ejemplo el fortalecimiento de la planta del pie, que nos puede ayudar a tener menos lesiones. Pero no tiene nada que ver con el tema de los electrones, al menos con lo que sabemos de momento.

A mi personalmente me encanta caminar por el medio natural.

  1. Cuando lo hago por la calle cerca de casa, uso zapatos minimalistas. Prefiero evitar exponerme a la contaminación de la grava o el asfalto, y los cortes, que pensar en “cosechar electrones”.
  2. Cuando camino por sendas o veredas, uso zapatillas de montaña, con una suelta fuerte para evitar cortes y golpes con las piedras, y que me permite un mejor agarre que mis pies.
  3. Y cuando voy en bicicleta, uso zapatos súper rígidos para no perder ni un vatio en deformar la suela del pie. En concreto uso Bont, que es la marca con la horma más ancha, ya que desde que empecé a caminar con minimalistas, el pie se me hizo más ancho y ya no me entra casi ningún modelo del mercado.
  4. Y en la piscina o en casa (En verano) voy descalzo. Soy así de radical. Y es que nunca pensé que el sentido común sería el menos común de los sentidos, pero aquí estamos, usando casi 1000 palabras para desmentir una gilipollez, y aun así habrá gente que la siga creyendo…

Porque esto nunca ha sido un tema de ciencia, sino de ideología.

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